El sistema alimentario actual es una grave amenaza para la biodiversidad y el clima, y necesita ser transformado con soluciones endógenas, dentro de una economía regenerativa, según João Campari, líder global de la práctica de alimentos y agricultura en WWF Internacional.
El especialista habló sobre la construcción de una economía regenerativa en tiempos de pérdida de la biodiversidad y crisis climática, en el marco de la segunda y última jornada del XV Congreso Internacional de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) y Sostenibilidad, organizado por la Asociación de Empresarios Cristianos (ADEC). Al tiempo de mencionar que existen nueve límites planetarios identificados, y que seis de ellos están transgredidos, el experto destacó que el sistema alimenticio se encuentra en el centro de esa problemática.
Dentro de los riesgos para la biodiversidad y el clima encontrados en estudios recientes, Campari enumeró algunos: 230 millones de hectáreas de la cobertura forestal estarían pérdidas para el año 2050; el 10% de especies de plantas y animales quedarían extintas para el 2100; además de un 29% más de sequías prolongadas y más frecuentes que ya se registran desde el año 2000.
A tono con lo anterior, destacó que los sistemas alimentarios sobre explotan y utilizan ineficazmente los recursos naturales, en base a datos que hablan de que el 40% de los alimentos producidos se pierde o se desperdicia; el 70% de las extracciones de agua dulce están destinadas a productos alimenticios; y de entre los alimentos, el 75% procede tan solo de 12 cultivos y 5 especies de animales, por lo que se necesita diversificar la producción.
Frente a las problemáticas expuestas, consignó que las empresas del sector privado constituyen un gran mecanismo para la transformación, y que las entidades bancarias públicas y/o privadas pueden canalizar créditos diferenciados a los productores que anhelen revertir los efectos citados.
Impacto en las empresas
Por su parte, Mariella de Aurrecoechea, líder de cambio climático y sostenibilidad y líder de riesgos regulatorios de Deloitte SLATAM, hizo referencia a un estudio en el que se precisa que el 42% de los directivos de empresas califican al cambio climático como uno de los tres temas principales para sus organizaciones; y que el 61% dice que esperan un impacto de ello en sus compañías.
“La agenda climática impone límites temporales diferentes a los de algunas compañías, porque implica inversiones de mediano y largo plazo. Se debe integrar la agenda climática a la estrategia empresarial: si el mundo no alcanza el NetZero (recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible a las emisiones nulas) para el año 2050, Sudamérica estará entre las regiones más afectadas . Sin acción, hay una pérdida potencial del 12% del PIB para el año 2070; o sea USD 2 billones, lo que equivale al PIB de Brasil”, agregó.
Entre las estrategias que Deloitte imprime ante la crisis climática están -según consignó- orientar y asesorar al directorio de las empresas en cuestiones técnicas; permitir que los diversos expertos participen en debates profundos; dedicar suficiente tiempo al clima y la sostenibilidad y gestionar la carga de trabajo de la junta; además de profundizar el compromiso interno y con el equipo directivo.
Resiliencia climática
Entre las estrategias empresariales para la resiliencia climática, se brindaron en uno de los paneles del Congreso algunas referencias de directivos, quienes con sus compañías locales están logrando impactos con el fin de revertir el efecto adverso del deterioro en el medio ambiente.
Manuel Benítez Codas, gerente general del Holiday Inn Express Asunción, refirió que la inversión de este hotel estuvo dirigida a la sustentabilidad ya lograr la certificación Leed para su edificio, con alcances de ahorro en pago por energía eléctrica que llegan a los USD 30.000 anuales, ya un 59% menos en el uso de energía.
“No queríamos ser un hotel más; Al invertir en sustentabilidad usamos menos recursos y logramos mayores beneficios. La eficiencia energética está dada por el uso adecuado de los acondicionadores de aire, un 100% de iluminación Leed, ahorro en agua del 39% anual y reducción de las aguas grises”, puntualizó.
En tanto que Cristián Quezada Reid, gerente de la unidad comercial del Grupo Sueñolar, destacó que la compañía está certificada como Empresa B y que alcanza actualmente una número de casi 1.200 colaboradores, con 280 mil productos fabricados en 2023 en cuatro centros logísticos, bajo estándares estrictos en cuanto a cuidado del medio ambiente y utilización acorde a la materia prima, que es eminentemente la madera.
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