El Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social aprobó dos terapias oncológicas de administración oral que ya están disponibles en el país. Talazoparib reduce en un 46% el riesgo de progresión de enfermedad o muerte para un subtipo específico de cáncer de mama, BRCA germinal mutado y HER2. Lorlatinib es el primer TKI de tercera generación dirigido para el tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas avanzado o metastásico con rearreglos en ALK.
Talazoparib: Nueva terapia para el cáncer de mama avanzado
Talazoparib está indicado para pacientes con cáncer de mama localmente avanzado o metastásico, HER2 negativo y que presenta mutación germinal del gen BRCA, el cual se determina mediante un test genético. Es un tipo de tumor que, generalmente, se presenta a edades más tempranas que el resto de los tumores de mama y en mujeres que presentan historial familiar o propio de tumores de mama/ovario.
En este sentido, el estudio clínico de fase III EMBRACA, que involucró a 431 pacientes que presentaban este tipo de enfermedad, demostró que esta terapia reduce en un 46 % el riesgo de progresión de enfermedad: la sobrevida libre de progresión fue de 8,6 meses vs. 5,6 en las pacientes que recibieron quimioterapia estándar. Asimismo, se vio que más de 6 de cada 10 pacientes (62,6 %) consiguieron respuesta positiva gracias a esta nueva molécula; mientras que en el grupo que recibió quimioterapia, los resultados fueron del 27,2 %.
El estudio EMBRACA también señala la ventaja de ser una medicación que puede administrarse en el hogar y con una toma al día, lo cual representa una facilidad para pacientes y cuidadores. Además, demostró utilidad en pacientes con cuadros desfavorables, como metástasis cerebrales.
Lorlatinib: Avances en el tratamiento del cáncer de pulmón
Por su parte, lorlatinib es un nuevo tratamiento para pacientes adultos con cáncer de pulmón de células no pequeñas, avanzado o metastásico, positivo para la fusión de la quinasa del linfoma anaplásico (ALK, por sus siglas en inglés), que tienen progresión de la enfermedad después de haber recibido tratamiento con inhibidores de la tirosina cinasa (TKI, por sus siglas en inglés) de ALK de primera y/o segunda generación.
Los tumores con alteraciones en ALK afectan a un perfil diferente al de los demás pacientes con cáncer de pulmón: es más probable que sean mujeres, que la enfermedad se manifieste antes de los 50 años y que nunca hayan fumado o hayan fumado poco.
La mayoría de los tumores desarrollan resistencia a los tratamientos iniciales y esto lleva a que los pacientes deban buscar una segunda y hasta una tercera línea de tratamiento en el plazo de uno a tres años. En el pasado, no se contaba con opciones eficaces después del fracaso de la terapia con TKI de ALK de primera y segunda línea, por lo que se debía proceder con la quimioterapia, con sus efectos secundarios impactando en la calidad de vida de los pacientes.
Si bien la progresión de la enfermedad es prácticamente inevitable, las pruebas clínicas demostraron que el 39,6 % de los pacientes tratados con lorlatinib logró alcanzar una disminución parcial o incluso completa de sus tumores. Asimismo, la terapia podría permitir que los pacientes tengan al menos 6,6 meses más de supervivencia sin progresión, después de recibir tratamientos con TKI de ALK de primera y/o segunda generación.
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